Abundancia de paz, por Ingrid Brito

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Esta mañana vino una señora de la religión evangélica, a predicar como cada semana sobre la palabra de Dios. Entre quejas internas y pereza salí a escucharla, total se trata de unos minutos que ella se sentirá útil y que yo olvidaría a los segundos posteriores.
Esta vez no fue así, ella me habló de la “abundancia de paz” que necesitamos en estos tiempos, y de pronto lo trasladé a todas las quejas de los argentinos y creo perfectamente que puede resumirse en esa frase.
Los jubilados que no les alcanza, que son estafados, que son presa fácil para los arrebatos, los trabajadores en idénticas situaciones y los niños que se crían en un ambiente que tal vez no sea el que teníamos planeado para ellos… de todo un poco… pero al final todos reclaman lo mismo… “abundancia de paz”.
En un año electoral, los candidatos se pelean por quien inaugura la obra más convocante, sin embargo, no miran a su alrededor. Sus reuniones se basan en estrategias para “parecer” algo que no son ni cumplirán en los próximos cuatro años, pero no importa, solo hay que permanecer en el cargo, manejar el poder, lo demás se arregla en el camino… ¡que ruin pensamiento que se apodera sin distinguir partidos políticos!.
Qué poco termómetro de lo que pasa en cada localidad tienen estas personas, creen que por haber venido estos últimos meses a limpiar la vereda y pintar el cordón, estaban cumpliendo su deber.
Por dentro de las viviendas se discute otra cosa, el pago de servicios, el viaje de los chicos a estudiar, los útiles, la vestimenta y ni hablar si alguien necesita medicación.
Qué lejos estamos de otros lugares en donde estas necesidades básicas están satisfechas y es ahí donde desde todos los estamentos se puede hablar de política desde otro punto de vista, sin la necesidad como piso y la dignidad como techo…
Hace unos días me hablaban de Cuba y me dijeron ¿che… se ve mucha pobreza no?… Y no, no señores, allá no hay gente pobre, hay gente humilde que estudia y trabaja y ama su país, tienen salud, educación y trabajo público, no necesita de eso, entonces con la formación como base, saben discutir de lo que pasa a nivel mundial, con cinco idiomas entre sus neuronas y miles de oficios registrados.
Es verdad que tienen lo suyo, no pueden tener en abundancia, solo lo necesario, porque su sueldo no les da, pero el tener esas necesidades básicas satisfechas, seas grande, adolescente o niño, creo que tienen esa “abundancia de paz” que hablamos… tal vez algún día entendamos que formándonos, buscando la unidad en la lucha y comprendiendo el contexto, podríamos empezar a pelear por lo que nos hace falta, sin dejarnos tapar la cara por falsas promesas que solo hace que cada cuatro años renovemos una mentira electoral que nos tira siempre para abajo.
Ojalá nos pese más ese deseo de “abundancia de paz” para poder darnos cuenta quien es farsante y quien no…

Ingrid Brito – para www.panorama24.com.ar

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