Alerta de las Estaciones de Servicio: la nafta para las fiestas no está garantizada.

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La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA),conjuntamente con FECRA, CEGNC y AES expresaron su preocupación por un combo de factores que pone en riesgo el abastecimiento de combustible para Navidad, Año Nuevo y el resto de la temporada turística. Ya hay faltantes en ciudades de todo el país

Desde hace varios meses las estaciones de servicio vienen denunciando una crisis sistémica que ocasionó un faltante de combustible a lo largo de todo el país.

Sin embargo, en las últimas semanas este cuadro empeoró y derivó en un desabastecimiento a gran escala, que ocurre en regiones de todo el país, en ciudades de baja densidad urbana y amenaza con golpear Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y los principales centros turísticos de la Argentina.

Justo en la víspera de las fiestas y de la temporada de verano.

“Hoy escasea el combustible. Comenzó en pequeñas regiones del país, en estaciones de bandera blanca pero ahora ya se ve en ciudades y en algunos puntos del conurbano.

Es por eso que estamos en alerta y buscando vías de solución para que no siga empeorando la situación”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA.

Según explicaron desde la Confederación, como también desde FECRA, CEGNC y AES, la crisis no tiene origen en las estaciones de servicio, sino que está motivada por diversas causas.

“Por un lado, tanto el congelamiento de precios, como el incremento de los costos, ha motivado que algunos proveedores mayoristas están regulando las entregas por medio de cupos o precios diferenciales que son imposibles de asumir”, enumeraron.

Con el congelamiento desde mayo, los márgenes de rentabilidad se achicaron. Incluso se alcanzó un punto donde no se obtiene ganancia al vender el combustible a las estaciones y por eso se cuantifica o se lo destina a determinadas estaciones sí y otras no.

Productos como los Premium, gasoil y diésel tienen que ser importados, por lo que se pagan en dólares y se venden en pesos, una ecuación que tampoco resulta beneficiosa.

Ante los elevados costos de importación, han decidido reducir la compra, achicando aún más la cantidad de combustible disponible. La falta de producto para vender hace que las estaciones cada vez tengan más problemas en alcanzar el punto de equilibrio, es decir, el volumen mínimo de litros de combustibles que deben despachar en un mes para cerrar sin pérdidas. Hoy, un 52 por ciento de las estaciones no logra vender los 315.000 litros que hacen falta para salir empatados. Terminan en rojo.