Antonio Gandur falleció a los 84 años

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La muerte, a los 84 años, lo encontró formando parte de ese tribunal, al que pertenecía desde 1999. Los problemas de salud tenían a maltraer a Gandur desde hacía tiempo y ayer el cuerpo le dijo basta. Fue una noticia triste en la despedida del año institucional.

A Daniel Posse le tocó conocer a Gandur en distintas etapas de la vida. Fue su alumno, su compañero en la Sala Civil y Penal y le tocó relevarlo en la presidencia de la Corte. Trabajaron codo a codo y subraya lo cordial de la relación que mantenían. La novedad lo encontró en Salta, donde fue a pasar las Fiestas. Tampoco están en Tucumán las cabezas de los otros Poderes del Estado, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, aunque el Gobernador emitió anoche un tuit en el que hizo públicas sus condolencias a los familiares y seres queridos de Gandur.

“Todos los que estamos en la Corte, y sobre todo él, compartíamos el mismo sueño de un Poder Judicial grande, importante, moderno, transparente y respetuoso de la libertad de prensa -enfatizó Posse-. Este último era un valor al que él le asignaba muchísima importancia. Si hay algo que respetar de Gandur en el mundo jurídico, es en la esfera de la libertad. Era un hombre muy respetuoso de la libertad de expresión y de la libertad de prensa. En lo que respecta a sus fallos, hay un compendio que se presentó hace dos años en dos tomos. Ha hecho un gran trabajo en materia jurisdiccional y su aporte a la Justicia tucumana ha sido enorme. La verdad es que es una inmensa pérdida”.

Gandur había nacido el 26 de mayo de 1934 y tras cursar la carrera de Abogacía en la Universidad Nacional de Tucumán obtuvo el título en 1957. En esa misma Facultad, la de Derecho y Ciencias Sociales, fue profesor titular de Economía Política y de Micro y Macroeconomía. De la admiración que profesaba por estadistas como Winston Churchill y Arturo Frondizi dio cuenta en sus clases.

“Le tenía afecto, mucho afecto. Aprendí mucho a su lado”, consignó Posse, y confesó que la noticia le significó un baldazo de agua fría. “Es una pérdida inmensa”, sintetizó.

Antes del ingreso al Poder Judicial, Gandur había trabajado como asesor letrado de la Unión de Cañeros Independientes de Tucumán. En 1991 fue designado ministro fiscal de la Corte, hasta que en el 99 fue promovido al máximo tribunal por Julio Miranda, gobernador en ese momento. Le tocó presidir el cuerpo y, por ende, la Junta Electoral, cargos en los que surfeó toda clase de contingencias a lo largo de dos décadas. Su muerte dejó a la Corte con cuatro miembros (Posse, René Goane, Antonio Estofán y Claudia Sbdar), por lo que se abre de aquí en adelante el proceso para cubrir la vacante, a partir del candidato que el Poder Ejecutivo elija y eleve a la Legislatura.

“Me queda la imagen de una persona seria, responsable, trabajadora y criteriosa -comentó Marcelo Billone, presidente del Colegio de Abogados-. Creo que cumplió una función relevante en la conformación del Consejo Asesor de la Magistratura, del que fue el primer presidente. De su tarea como magistrado rescato su absoluta dedicación y su compromiso con la judicatura. Es una pérdida importante, no solamente por lo que él significaba y por lo que aportó a la Corte, sino también porque su ausencia se produce en un momento muy especial, en la inminencia de un año electoral”.

Estaba casado con Emma Agüero y gozaba del cariño de sus hijos (Sergio, Hernán -ambos abogados- y María José -médica-) y varios nietos. Le decían “Chiquito” y a nadie escapa la solvencia con la que defendía sus convicciones, aún en los momentos más tensos. Como le dijo una vez a LA GACETA: “no permanecemos inmunes ante el reclamo de justicia de la comunidad”.

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