El Presidente y los ministros arrancan el año con una suba salarial del 25%

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El año 2019 arrancará con una buena noticia para los ministros y el resto de los funcionarios políticos de primera línea que dependen del Ejecutivo. Luego de más de un año con sueldos congelados, en enero y febrero recibirán una fuerte recomposición salarial: además del 10 por ciento dividido en dos cuotas de 5% que se les otorgó a los trabajadores estatales en la última paritaria, cobrarán el mes que viene el aumento del 15% que inicialmente Mauricio Macri les había negado en junio pasado, cuando buscó dar un gesto de austeridad y los excluyó del aumento.

Así lo confirmaron a Clarín altas fuentes oficiales, que desmintieron que el Presidente haya interrumpido sus vacaciones en el Sur para firmar un decreto que efectivizara la medida. En efecto, cerca del vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, a cargo de la Secretaría de Modernización -la virtual oficina de recursos humanos del Estado-, explicaron que la decisión ya había sido dejada por escrito en la última negociación salarial que se firmó con estatales, en noviembre, cuando el Gobierno concedió un 10% de aumento, adicional al acuerdo que se había homologado en mayo.

En el texto de la actualización de la paritaria, oficializada por el decreto 1086/18, donde el Gobierno dio un bono de fin de año de 5 mil pesos y dos aumentos del 5% en enero y del 5% en febrero, se incluyó una cláusula que extiende al “personal que no hubiera percibido el incremento porcentual”, según lo estipulado en el decreto anterior, de mayo, en el que se fijó que el aumento no alcanzaba a “las autoridades políticas”.

Esto abarcó a los ministros que integran el Gabinete y a funcionarios de primera línea, con rango de secretario, subsecretario y director nacional. Había sido una de sus primeras promesas del año que hizo Macri, cuando en medio del escándalo en el que se vio involucrado el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca anunció congelamiento de salarios y la imposibilidad de contratación de familiares de ministros. Así, la última suba “paritaria” que recibieron los funcionarios fue en 2017.

Hasta mayo de 2018, cuando se publicaron los últimos datos oficiales, el Presidente cobró un sueldo de bruto de $ 214.444, seguido por la vice Gabriela Michetti, que recibió $ 198.559. Los ministros, en tanto, unos $ 189.000. La excepción fue el canciller Jorge Faurie, quien arrastra por su condición de diplomático de carrera un sueldo más alto; y duplicó esa cifra: $ 367.962.

Con el aumento, los ministros pasarán a cobrar $ 236.000 y el Presidente $ 268.000 en bruto. El congelamiento de aumentos alcanzó también a secretarios, que ganan $ 168.000; y a subsecretarios, de $ 152.000. En junio, podrían recibir un extra por las paritarias estatales.

En un equipo con realidades diversas, el impacto fue relativo: funcionarios de trayectoria, ex CEOs de empresas, con fortunas en millones de dólares; no sintieron la medida; mientras que para los más jóvenes o quienes no están realizados económicamente, que viven “al día” y de su sueldo, fue un duro golpe. Tanto que varios, incluidos funcionarios cercanos al jefe de Gabinete, Marcos Peña; tuvieron que hacer las valijas y volver al sector privado. Los que estaban mejor posicionados se refugiaron en la estructura partidaria del PRO y comenzaron a asesorar con sus consultoras a precandidatos de todo el país.

El mal humor no sólo tuvo que ver con la reducción de sus sueldos: sucede que además, en ese ajuste político, Macri decidió recortar más de la mitad de las unidades retributivas que los ministros distribuyen entre sus funcionarios de mayor confianza para mejorar sus salarios: cada UR equivale a un bruto de $39,59, pero hubo casos de funcionarios que perdieron mil UR por mes.

Con una inflación del 50%, Macri no sólo se quedó sin margen y cedió en diciembre. La maniobra de incluir la medida en la letra chica de la discusión paritaria con los gremios fue exitosa en términos políticos: pasó inadvertida hasta hoy y sólo quedó expuesta cuando se empezó a especular con la firma de un decreto por parte de Macri, algo que según altas fuentes oficiales “no es necesario”.

El beneficio, de todos modos, no sólo contempla a funcionarios políticos, que comenzarán a cobrar con aumento, sino a todos los empleados de la administración pública centralizada que, en la paritaria 2018, antes de la disparada del dólar y cuando el Gobierno aún defendía la meta del 15% de inflación; se vieron afectados por tener incrementos menores en términos porcentuales. Por caso, aquellos que por ganar más de $40.000 se les otorgó sumas fijas, de $2.000 y $4.500 y un bono de 2 mil pesos.

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