Ingeniería electoral u orgía de acoples, por Juan Manuel Asis, para La Gaceta

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Desde una u otra perspectiva se puede calificar así al sistema provincial de colectoras, especialmente en función de lo que viene ocurriendo en el proceso eleccionario. El esquema oscila entre los “ingenieros” y los “pilla ofertas”, categorías muy a la tucumana. Los primeros vendrían a ser supuestamente los más cerebrales, aquellos que pueden ufanarse de conocer los secretos de las fórmulas ocultas bajo el mecanismo “acoplero” a los fines de perfeccionar sus creaciones electorales.

Los segundos serían los que acuden casi desesperados, y sobre el filo de los cierres de listas, para ver qué les queda en la estantería partidaria como para adquirir y subirse al escenario electoral en condiciones más o menos dignas. Alquimias diferentes que se ponen en evidencia al repasar una y otra vez las planillas de candidatos y de acoples inscriptos en la Junta Electoral, y que revelan más de una curiosidad a los ojos avizores; más de una picardía expuesta a la sombra de la legalidad.

Lo primero y más notable a observar en la votación del 9 de junio serán los candidatos a intendentes que aparecerán en las boletas asociados a más de un postulante a gobernador. Si bien sucedió en 2015, aquella vez pasó inadvertido. Este año ocurrirá en 10 municipios: Famaillá, Simoca, Bella Vista, Aguilares, Monteros, Alderetes, Graneros, La Cocha, Lules y Trancas. Y en las distintas combinaciones posibles se mostrarán mezclados los nombres del gobernador, Juan Manzur (Frente Justicialista por Tucumán), del senador José Alperovich (Hacemos Tucumán), del legislador Ariel García (Evolución para la Democracia Social) y de la senadora Silvia Elías de Pérez (Vamos Tucumán), sosteniendo a un mismo candidato a jefe municipal.

Esto es así porque hay distintos partidos que presentan listas de postulantes a ediles que acoplan a mismos jefes municipales pero, a su vez, a distintos aspirantes a la gobernación. El acople lo hizo: une lo distinto y asocia adversarios de una manera sorprendente. Es un sistema que muchos están comenzando a descubrir, pero sólo los que han logrado entender su complejidad son los que le pueden sacar un mejor provecho político.

En la tierra de “los mellizos” se dan dos casos llamativos. Uno vinculado al diputado nacional José Orellana como candidato a intendente por el partido Tucumán Innovador y el otro relacionado con Patricia Lizárraga, que buscará la reelección por el Frente Justicialista por Tucumán (FJT). Veamos el primero: a Orellana lo respaldarán tres partidos que adhieren a Alperovich (Partido Verde Ecológico, Kolina y Lealtad y Dignidad) y seis que apuestan a la reelección de Manzur (Movilización de Trabajadores Rurales, Trabajo y Equidad, MUP, Renovación, Compromiso y Lealtad, Convergencia de Bases para la Victoria y Frente del Pueblo Unido). Para que se entienda; se trata de aspirantes a concejales que van con el “mellizo” pero que postulan a distintos candidatos a gobernador. Como curiosidad, Alperovich postula a intendente de esa ciudad, por su frente Hacemos Tucumán, a Marcelo Alejandro Tarifa.

Algo similar sucederá con la actual jefa municipal. La acompañarán como acoples 36 partidos que llevan a Manzur para la gobernación y también el frente Evolución para la Democracia Social, que postula al radical García para gobernador. Un intendente, dos aspirantes a gobernador. En síntesis, Lizárraga aparecerá en 37 boletas (o colectoras): 36 del oficialismo y una de la oposición (EDS).

Famaillá será un caso especial a observar con atención, y no sólo por los cruces electorales derivados del sistema. En ese municipio, en cada cuarto oscuro aparecerán, de mínima, 55 boletas sobre los pupitres.

En Bella Vista se producirá la misma situación de los famaillenses, pero con la novedad de que al actual intendente Sebastián Salazar (candidato oficial de Evolución para la Democracia Social, que lidera el radical García) se le acoplarán aspirantes a ediles de siete partidos que sostendrán a Manzur para la gobernación (Justicia y la Victoria, Crece Tucumán, Frente de la Lealtad, Movimiento Popular de la Militancia, Comunidad en Organización, MUP y Movimiento de Integración Federal). En tanto, el candidato a jefe municipal del FJT es Manuel Fernández, quien ya supo ocupar ese puesto, y al que adherirán 27 partidos. O sea, 27 organizaciones que también postularán al actual titular del Poder Ejecutivo y que irán como acoples del dirigente peronista.

En otra ciudad donde este “fenómeno” se repetirá será en Simoca. El legislador radical Luis González se postula para intendente por Compromiso Ciudadano Independiente, pero detrás de su candidatura municipal se anotan listas de ediles de partidos que acoplan a Alperovich (Verde Ecológico) y a la radical Elías de Pérez (Partido por la Seguridad Social). O sea, González “llevará” dos candidatos a gobernador que, en la teoría, vendrían a sumarle votos a sus pretensiones de regresar a la intendencia que supo ocupar. Cabe mencionar que el alperovichismo (Hacemos Tucumán) lleva su propio candidato en este municipio: Jorge Orlando Salazar.

Parafraseando, o interpretando los raros dibujos políticos que permite el acople: a un mismo candidato a intendente lo sostienen dos aspirantes a gobernador. O bien, un postulante a gobernador respalda a dos candidatos diferentes a jefes municipales. Interpretaciones para todos los gustos.

En Aguilares vuelven a “compartir” candidato a intendente, por decirlo de otra manera, Manzur (FJT) y García (EDS), pero a través del Frente Renovador Auténtico (FRA). El massismo local postula en esa ciudad a Francisco Alberto García, a quien adhieren postulantes a ediles del “arielismo” y, por supuesto, del FRA que respalda al gobernador. En este municipio la principal referente del oficialismo provincial es la actual intendenta, Elia Marina Fernández, a quien avalan como acoples 30 partidos que van con Manzur.

En Monteros, vuelven a aparecer el titular del PE y el legislador radical “compartiendo” candidatos a intendente. En este caso, el EDS acopla al candidato de Acción Regional, el actual jefe municipal Francisco Serra. O sea que por lo menos una boleta de candidatos que respalda a García irá pegada al apellido de “Pancho”. Serra es el referente del legislador Juan Antonio Ruiz Olivares en suelo monterizo -el FJT no presentó candidato allí- y lleva “acoplados” a 35 partidos que adhieren a la candidatura de Manzur.

Además, por acuerdos políticos del radical García con dirigentes municipales que responden al peronismo, habrá candidatos a intendentes que aparecerán en boletas encabezadas por el gobernador y, en otras, por el legislador. Esto sucederá en otras cinco ciudades. El “arielismo” llevará listas de ediles que tendrán su nombre y apellido sumados a los candidatos a intendente del FJT, como en el caso de Aldo Salomon (Alderetes), María Alejandra Cejas (Graneros), Leopoldo Rodríguez (La Cocha), Carlos Gallia (San Isidro de Lules) y Raúl Moreno (Trancas).

Toda una suerte de inversión de lo que en principio se pretendía del sistema de acoples, o por lo menos así se lo entendía e imaginaba: que a un mismo candidato a gobernador lo respaldasen varios postulantes a intendentes para sumarle la mayor cantidad de votos. Eso parece haberse invertido con una fórmula que estaba ahí, pero que pocos conocían. Hoy se abrió definitivamente una puerta a un espacio que permanecía desconocido como herramienta electoral. Y que pocos tenían aceitado, o por lo menos al alcance de sus radares. Estos comicios le van a abrir los ojos a más de uno, pensando en 2023, si es que no cambian las reglas electorales.

Lo que parecía un juego de damas empezó a convertirse en una seria partida de ajedrez.

Otra curiosidad de este proceso electoral surge a partir de ausencia en la disputa de la UCR como estructura política. Es que, como sigla, el partido radical, por conflictos internos -que primero impidieron su normalización y que luego derivaron en su intervención- obligó a muchos de sus afiliados a tener que salir a “buscar” partidos para ser candidatos y acoplarse a la fórmula de Vamos Tucumán.

Un caso es de los dirigentes que se presentan como “acople radical”, y que debieron salir a competir por el partido que armó Luis José Bussi, hermano de Ricardo Bussi, en 2011 cuando quiso disputar la gobernación. Luis J. Bussi fundó el Partido Republicano Fundacional, cuyo nombre se modificó hace cuatro años por el de Movimiento Republicano y cuyo apoderado hoy es Julio Horacio Suárez Chazarreta, quien supo ser secretario de Trabajo de Antonio Bussi. Hoy, varios afiliados radicales, van a pelear por bancas legislativas y de concejales de la capital por este partido. Sorpresas políticas que nacen del sistema de colectoras, de la crisis de la UCR y de la necesidad de contar con una estructura -o por lo menos con una sigla- para competir en los próximos comicios.

Para tener idea del infierno en el que se convierte el sistema de colectoras, baste mencionar que Acción Regional acopla a 45 partidos; el Partido de los Trabajadores, a 13; el FJT, a 47; Tucumán Innovador, a nueve; el Partido por la Justicia Social, a cinco; Hacemos Tucumán, a cuatro; Vamos Tucumán, a 16; y Evolución para Democracia Social, a ocho.

El acople, como herramienta electoral, permite guardar las ideologías en el baúl -o esconderlas- y apostar al más puro pragmatismo para no quedar relegados en la carrera política. Del sistema de colectoras, está demostrando, se pueden descubrir nuevas fórmulas a su sombra. También se pueden elucubrar combinaciones políticas imposibles y hasta se pueden hacer travesuras al amparo del ingenio electoral. Es un mecanismo que beneficia al que mejor lo interpreta y ejecuta, pero que pone en evidencia la degradación institucional y el escaso nivel de representatividad que hoy tienen los partidos políticos.

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