Militarizan frontera norte por coronavirus y contrabando

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Un médico de Tartagal, en el norte salteño, se contagia de coronavirus. Hasta aquí, nada que salga de las normas de este mundo actual. Pero se le puede agregar un condimento de cuentos policiales, del estilo del asesinato en una habitación cerrada, con la llave puesta del lado de adentro: en Tartagal no había hasta ahora casos de Covid, el médico nunca salió de la localidad y no estuvo tampoco en contacto con casos positivos. ¿Cómo es posible, entonces?

También, como en la literatura o las series de Netflix, esos pueblos tranquilos que viven en paz, sin peligros aparentes (en este caso, libres de Covid), de pronto pueden volverse inseguros, con amenazas difíciles de atrapar. El NOA, con Catamarca, Salta y Jujuy a la cabeza, pero también en el NEA, con Formosa o Misiones, avanzaban hacia una normalidad mayor que el resto del país, en virtud de la baja tasa de contagios. Pero de pronto aparecen temores sanitarios. Como ya se ha mencionado en este medio, el primer eje fue el control a los camiones de carga, posibles caballos de Troya del virus. Salta lo vivió semanas atrás con el caso de Orán, también del norte provincial, relacionados a un chofer que llegó desde Jujuy y que generó un cruce entre gobernadores, con reyerta tuitera incluida entre Gerardo Morales y Gustavo Sáenz, saldada luego bajo el poncho de Martín Miguel de Güemes, en el homenaje por el 199 aniversario de su fallecimiento. La cuestión reflotó esta semana por el camionero que partió desde San Juan, pasó por Catamarca donde se enteró que había dado positivo el hisopado y lo “encapsularon” hasta Salta. Polémicas interprovinciales y refuerzo de los controles a choferes.

El otro eje obligó a alzar armas pero ya no de forma figurada, sino real. Ayer se dio un paso central con la militarización y cierre de la frontera con Bolivia, en torno a la localidad de salteña de Salvador Mazza, a unos 60 km de Tartagal, y de La Quiaca, en Jujuy.

La hipótesis que maneja el gobierno salteño para resolver el enigma de la habitación cerrada: el médico atendió a un paciente boliviano que cruzó de forma ilegal a la Argentina por uno de los 20 pasos clandestinos que tiene esa frontera. Por ahora, es apenas una hipótesis. La situación también mantiene en vilo al jujeño Morales y al misionero Oscar Herrera Ahuad, quien teme que la fragilidad de los controles limítrofes afecte a la provincia por la presencia de brasileños con Covid.

En concreto, llegaron unos 60 efectivos del Ejército a Salta para realizar tareas de adiestramiento y se intensificaron los controles en una extensa frontera con sobrevuelos de helicópteros. Los efectivos se sumarán al Regimiento 28 que tiene base en Tartagal y las tareas se realizarán en Monte, una zona despoblada al este de Salvador Mazza, donde además se cerró el paso con Yacuiba, Bolivia, por treinta días. “El adistramiento se realiza en una zona no habitada. Y es un apoyo logístico a las fuerzas de seguridad. Si se observa algo anómalo se da aviso a Seguridad”, mencionaron a Ámbito Financiero fuentes del Ministerio de Defensa que comanda Agustín Rossi. También se sumaron 40 efectivos del Ejército para custodiar en Jujuy la frontera La Quiaca-Villazón. Y lo enmarcaron en el Operativo de Integración Norte (OPINOR) que también abarca los límites del NEA.

El sistema de salud boliviano colapsado y el contrabando son los puntos que preocupan en el NOA, respecto a los cruces ilegales. En ese sentido, anteayer la Casa Rosada aceptó el pedido salteño para reforzar la frontera, horas después de que un grupo de gendarmes fuera atacado por presuntos contrabandistas que lograron ingresar de forma ilegal al país. Tan penoso que parece cómico: los principales sospechosos del ataque son policías locales que habrían escoltado a los contrabandistas.

A pie

“El que no conoce se imagina que la frontera es un lugar controlado. Sí, los controles están en el puente. Pero después hay pasos clandestinos, donde es muy fácil cruzar el río a pie”, dicen en el Gobierno salteño. Y agregan en datos de tradiciones locales: habitantes de las localidades fronterizas bolivianas suelen atenderse en el sistema de salud argentino. Ahora, además, hay un colpaso en esas zonas de Bolivia a raíz de la pandemia. Por lo pronto, Tartagal volvió a Fase 1, un paso atrás en una provincia donde sobre la base del salto al distanciamiento ya se puede jugar al fútbol 5 o hacer paseos de turismo interno, entre otras actividades que para el AMBA son un recuerdo remoto.

Lo mismo había ocurrido en la localidad jujeña de La Quiaca la semana pasada ante un rebrote en la ciudad boliviana fronteriza de Villazón. Morales decidió que nadie pudiera entrar ni salir; y si alguien con domicilio en Jujuy regresa a la provincia pasa automáticamente a cuarentena. Ayer, se agregó otro capítulo, en línea de esa fragilidad que bordea el enlace entre las instituciones formales y lo ilegal: el Frente Cambia Jujuy informó que denunciará penalmente a funcionarios municipales de La Quiaca por contrabando de coca. En paralelo, el intendente de esa localidad, Blas Gallardo, dio una conferencia de prensa donde dijo: “Estamos luchando para evitar el contrabando de mercadería en la frontera, que era lo que se venía haciendo por menudeo en condiciones normales”. Y añadió que “hoy por hoy, este menudeo de exportación a gran escala se lo está haciendo y es una práctica ilegal”.

La situación es similar en Misiones, que ve la endeblez froteriza con dolor de cabeza. El gobernador Herrera Ahuad mencionó: “Las cuestiones comerciales no pueden estar por encima de lo sanitario. Fuimos una provincia que desde un primer momento manejamos un criterio, que es la protección y el cuidado de nuestra gente”, dijo días atrás, cuando adelantó que presentaría ante el gobierno Nacional su rechazo ante una eventual apertura. “Esto no se trata de un tema de conveniencia, sino de necesidad. Necesitamos seguir teniendo el estatus epidemiológico que tenemos hasta hoy”, remarcó. La mirada está puesta en el paso desde Brasil por la crisis sanitaria que atraviesa ese país, pero también mantiene el alerta por los puentes con Paraguay, principalemente el que une Posadas con Encarnación.

En Cuyo, a su vez, hubo rechazo en on y en off a las declaraciones del diputado del oficialismo chileno Andrés Celis sobre la intención de trasladar pacientes infectados de Covid hacia la Argentina.