Alberto Fernández prepara un paquete de “buenas noticias” para sus primeros cien días de gobierno

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Roberto Lavagna es un nombre que no deja de seducir al albertismo. Como reveló este domingo Joaquín Morales Solá en su columna dominical de La Nación, el economista recibió en su casa de Saavedra al sucesor de Mauricio Macri durante una hora y media.

Fernández quería escuchar de primera mano su diagnóstico sobre la herencia macrista. Lo que oyó lo dejó muy preocupado, dicen. “Es más crudo que Alberto“, cuentan en la comitiva que lo acompaña por México. Lavagna es un crítico de la actual conducción desde el día cero. Durante los primeros tres años mantuvo más de un encuentro con Macri. No fueron positivos.

A Fernández, que ya se dijo que reniega del marketing, lo atrae un número: los primeros 100 días de gestión. Cree que habrá que lanzar medidas para paliar el malhumor social y para demostrar que otro gobierno, más sensible, está en marcha. Otra vez: lo maneja con tanta reserva como sus nombres para el Gabinete. “Se trata de un paquete de buenas noticias. Trabajamos todos los días en eso“, confirman en su entorno.

LAS MEDIDAS EN ESTUDIO

  • Una de las primeras medidas que se anunciarán será el regreso a la implementación de las retenciones móviles a las exportaciones del sector primario.
  • También se está definiendo el aumento del impuesto a los bienes personales, con una alícuota diferencial para aquellos que ingresaron al blanqueo con inversiones en el exterior.
  • Nueva modificación de la escala en el impuesto a las ganancias en general, y se proyecta una mayor presión sobre las grandes empresas y holdings.
  • Cambios en impuestos para promover una baja de la carga tributaria sobre las pequeñas y medianas empresas y que el costo sea compensado con mayor presión sobre las grandes firmas.
  • Se cambiará la forma de eliminación del IVA de la canasta de productos que resolvió el gobierno de Mauricio Macri después de las elecciones primarias.
  • Se admite que el actual cepo continuará, pero se le agregarían algunas medidas adicionales, como aplicar un sobrecosto como pago a cuenta tributario en los consumos de las tarjetas de crédito y débito en el exterior, es decir, un esquema prácticamente igual al que se implementó entre 2012 y 2015.
  • Se impondrá una restricción de seis meses de inmovilidad al ingreso de capitales del exterior.
  • También se analiza la alternativa de modificar el esquema de encajes bancarios, con el fin de que una parte de ellos se oriente a los créditos subsidiados a las pymes.
  • Subsidiar el préstamo hipotecario y de consumo y, por el momento, no se piensa seguir trabajando con los tipos de crédito denominados UVA.
  • Desarme final de las Leliq, reemplazándolas por otro instrumento de regulación de liquidez, con tasas más bajas aunque por encima de la inflación.
  • Hay otras dos leyes que se impulsarán en el corto plazo: una nueva ley de alquileres, que aumente la carga tributaria sobre aquellos que posean más de dos propiedades y una norma sobre supermercados, la llamada ley de góndolas, para que haya más competencia de productos en los grandes puestos de venta.
  • Se está observando con profundidad el tema de las importaciones y para ejercer un mayor control se aplicaría de vuelta el sistema de las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI).
  • Para los precios de los combustibles, se quiere echar mano a la opción que ya existe en la legislación actual, que permite variar el impuesto sobre el sector hasta en un 10% para amortiguar el impacto de cambios en el precio internacional del petróleo sobre el valor de las naftas.

(Perfil).

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