Tiene una capacidad de adaptación sorprendente. Por eso, los investigadores le llaman el virus camaleón. Cuando salta de una especie a otra, del mosquito al humano, reprograma su información genética para infectar mejor a un organismo. Y es capaz de controlar la respuesta antiviral de las células.
Estas son algunas de las razones por las cuales el dengue se trata de una enfermedad muy difícil de controlar. La patología transmitida por el mosquito Aedes aegypti se expande cada vez más por el mundo. En América Latina se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud pública. Los contagios no paran de crecer día a día y en Argentina calculan que esta será la peor epidemia que hayamos tenido. Tucumán no es ajena a esta realidad: ya hay más de 7.000 casos este año.
En una entrevista con la doctora en bioquímica e investigadora Claudia Filomatori, quien lideró un trabajo para determinar cómo funciona el virus dengue, nos dio detalles acerca de los estudios que se hicieron y de los avances actuales que hay sobre la enfermedad.
– ¿Cómo funciona el virus dengue?
– Los virus en general son parásitos intracelulares obligados. Esto quiere decir que necesita sí o sí una célula para replicar. Esto es así porque necesita usar la maquinaria celular para sintetizar sus proteínas y su material genético o genoma. No pueden replicar fuera de la célula. En el caso del virus del dengue, debe alternar entre mosquitos y humanos. No se transmite de persona a persona.
– ¿Cómo se adapta el virus para vivir en un organismo como el del mosquito y luego el del humano?
– El virus debe desarrollar estrategias para alternar continua y rápidamente entre humanos y mosquitos. Estos dos sistemas son muy diferentes: crecen a distinta temperatura, tienen diferentes maquinarias celulares y mecanismos para combatir a los patógenos. Una manera eficiente que tiene el virus para adaptarse a sus hospedadores es mediante la incorporación de cambios en el genoma viral. Es decir, el genoma del virus del dengue que replica en las células humanas no es exactamente el mismo que el genoma del virus del dengue que replica en las células de mosquito. Esta “plasticidad genómica” le da al virus del dengue una gran capacidad de adaptación.
– ¿Hay descubrimientos recientes sobre el virus? ¿Cuál es la importancia que tienen?
– Hay descubrimientos recientes e importantes sobre el virus del dengue. Sin ir más lejos, acá en Argentina está el Laboratorio de la doctora Andrea Gamarnik, donde tuve la suerte de formarme durante 12 años y aprender a estudiar la biología de los virus transmitidos por mosquitos. El equipo de Gamarnik descubrió hace muy poquito un mecanismo que tiene el virus para desactivar la respuesta inmune de la célula. Estos hallazgos son muy importantes, ya que para combatir al virus es crucial conocer las estrategias que tiene para defenderse.
– Ya tenemos vacunas, ¿qué tan lejos estamos de tener un antiviral contra esta enfermedad?
– Es muy difícil disponer de antivirales específicos. De todos modos, actualmente se están estudiando en fase clínica diversos candidatos con resultados prometedores.
– ¿Es preocupante la situación actual del país? ¿Aumenta el riesgo de presentación de casos graves?
– La situación actual es realmente preocupante. En el 2023 se registraron en el país alrededor de 130.000 casos de dengue y en lo que va del 2024, más 80.000. Podríamos superar el récord del año pasado y enfrentar la peor epidemia de dengue de nuestra historia. La mayor preocupación está en que la infección con un segundo serotipo de dengue aumenta el riesgo de enfermedad grave. Hay cuatro serotipos de dengue y varios co-circulando. Ese es un problema, ya que aquellas personas que el año pasado se infectaron con dengue 2, por ejemplo, podrían ahora contraer dengue 3, con mayor riesgo de desarrollar las formas graves de la patología.
– ¿Qué se puede hacer para controlar la enfermedad?
– La forma más eficiente de controlar los brotes de dengue es controlando al mosquito. Se deben eliminar los criaderos de insectos en los domicilios: descacharrar, descartar recipientes donde se acumula el agua, como macetas, neumáticos, etcétera. También es una buena opción usar repelentes y mosquiteros. En el caso de tener síntomas compatibles con la enfermedad, es preciso acudir al médico y no dejar de protegerse de las picaduras del mosquito. Estas medidas son simples y las puede hacer cada uno de nosotros. A nivel gubernamental y de salud pública, es fundamental tomar medidas de fumigación, monitorear e informar los casos de dengue. Para controlar los brotes es importante actuar en comunidad: tomar estas medidas de manera coordinada y sostenida.
Síntomas: cuándo hay que ir a la consulta
El ministro de Salud, Luis Medina Ruiz, pidió a la población no subestimar los síntomas de dengue, sobre todo en las mujeres, porque ellas suelen aguantar más y demoran en consultar, lo cual puede terminar agudizando un cuadro de la enfermedad, explicó. Reiteró que, al ser una patología que no tiene cura, es fundamental mantenerse hidratados, sobre todo en los días de calor extremo. Lo mejor es buscar ayuda cuando aparece fiebre y dolor de cabeza y de cuerpo, que son las primeras señales. Y hay que estar muy atentos a los signos de alarma. Estos son: dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas o alteración del estado de conciencia: el paciente puede estar muy irritable o presentar somnolencia.
