En el comienzo de las negociaciones, EEUU e Irán se mostraron pesimistas sobre la posible reactivación del acuerdo nuclear

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Estados Unidos e Irán se mostraron pesimistas el jueves sobre la posibilidad de retomar el acuerdo nuclear de 2015: Washington dijo que tenía pocos motivos para ser optimista y Teherán cuestionó la determinación de los negociadores estadounidenses y europeos.

“Tengo que decirles que los movimientos recientes, la retórica reciente, no nos dan muchos motivos para el optimismo”, dijo el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken a periodistas en Estocolmo, Suecia, afirmando que podría juzgar en un día más o menos si Irán se comprometería de buena fe.

Después de seis meses de interrupción por la elección de un nuevo presidente iraní de linea antioccidental, las negociaciones para tratar de reactivar el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní se reanudaron el lunes en Viena, la capital austríaca, sede del pacto firmado en 2015.

Blinken hizo estos comentarios después de que Irán proporcionó a las potencias europeas dos borradores sobre la eliminación de las sanciones y los compromisos nucleares, en un momento en que las potencias mundiales y Teherán tratan de restablecer el pacto.

“Fuimos a Viena con una seria determinación, pero no somos optimistas sobre la voluntad y la intención de Estados Unidos y las tres partes europeas del acuerdo”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, según medios de comunicación iraníes, en una conversación telefónica con su par japonés.

Aunque Blinken dijo que “no es demasiado tarde para que Irán dé marcha atrás y se comprometa de forma significativa”, parece que ambas partes podrían estar tratando de evitar la culpa si las conversaciones se rompen.

Los comentarios se conocen en el cuarto día de conversaciones indirectas entre Estados Unidos e Irán para que ambos países vuelvan a participar plenamente en el acuerdo, según el cual Irán limitó su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones económicas de Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU.

Mientras esas negociaciones siguen su curso, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU anunció ayer que Irán ha intensificado su programa nuclear produciendo más uranio enriquecido con equipos más modernos en una planta subterránea, lo que erosiona aún más el acuerdo nuclear durante las conversaciones.

En un informe enviado a los estados miembros, el OIEA señaló que sus inspectores verificaron el 30 de noviembre que Irán introdujo uranio en gas (UF6) enriquecido al 5% en 166 avanzadas centrifugadoras de gas del tipo IR-6 para producir uranio con una pureza del 20 por ciento.

El JCPOA por sus siglas en inglés, firmado en 2015, prevé un enriquecimiento máximo del 3,67 por ciento. “Lo que Irán no puede hacer es mantener el statu quo de avanzar en su programa nuclear mientras arrastra los pies en las conversaciones. Eso no sucederá”, dijo Blinken a periodistas en Estocolmo, en una posible referencia a ese hecho.

“Les hemos entregado dos borradores. Por supuesto tienen que comprobar los textos que les hemos entregado. Si están dispuestos a continuar las conversaciones, estamos en Viena”, dijo el negociador nuclear jefe de Irán, Ali Bagheri Kani, a periodistas en la capital austriaca.

El martes, los países europeos señalaron que esperaban en los próximos días evaluar “la seriedad” de los iraníes en estas conversaciones, en las que participan de forma indirecta los estadounidenses.

Tras la reunión formal del lunes, grupos de expertos comenzaron a tratar el martes la delicada cuestión de las sanciones estadounidenses, antes de abordar el miércoles el dosier de los compromisos nucleares de Teherán.

En 2015, Irán y seis potenciales mundiales (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Alemania y Reino Unido) acordaron el levantamiento de numerosas sanciones sobre la economía iraní a cambio de una reducción drástica del programa nuclear de Teherán, que debía ser controlada por la ONU.

En 2018, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó el acuerdo, calificándolo de demasiado blando con Irán, y volvió a imponer duras sanciones estadounidenses, estimulando a Teherán a incumplir los límites nucleares del pacto.