Pese a que en los últimos días algunos jugadores más de Reserva se sumaron a la pretemporada del plantel de Primera en Atlético, fueron muy pocos los que estuvieron desde el comienzo, elegidos por el cuerpo técnico encabezado por Favio Orsi y Sergio Gómez. Uno de ellos fue el volante central Leonel Vega, un jugador que, pese a sus cortos 19 años, recorrió ya varios equipos.
“Esto es algo que siempre quise, como lo hablaba con mi familia. Estoy tratando de aprovecharlo al máximo, es una experiencia muy linda, con muy buenos jugadores; el ritmo cambia totalmente. Estoy muy feliz con la oportunidad que se me dio”, expresó Vega, en diálogo con LA GACETA.
Pese a que anhelaba la oportunidad, Leonel se enteró sobre la hora que se iba a entrenar con el plantel de Primera. “Me avisaron justo el día antes de que arrancara la pretemporada, a la tarde. Yo tenía fe de que iba a venir, pero también dudaba, porque se hablaba de los refuerzos, y me bajoneaba porque pensaba que no se iba a dar. Por suerte, pude venir”, se regocija el volante central.
La historia de Vega con Atlético es bastante reciente; recién se incorporó al club durante la pandemia, tras probarse y quedar, arrancando en sexta división. Antes, pasó por otros equipos no sólo locales, sino también de otras provincias.
“Empecé en una escuela de fútbol llamada Nicolás Avellaneda cuando era chico. Después pasé al CEF 18, y a los 13 años me fui a Talleres de Córdoba. Ahí hice todo pre Novena y Novena; y después pasé a Newell´s, donde hice Octava y Séptima”, repasa Vega. Un amplio recorrido para un chico que, al momento de volver a Tucumán, cuando se desató la pandemia, tenía apenas 16 años.
“Fueron experiencias muy lindas. Me fui sólo de la casa, tuve que aprender muchas cosas, y es como que maduré de golpe; eso me ayudó mucho. Al día de hoy, estoy muy agradecido con los dos clubes (Talleres y Newell´s), porque me ayudaron a cambiar la cabeza, a ser mejor persona también además de jugador. Fue muy importante, porque ellos también me formaron”, reflexiona Vega.
Residente del barrio 24 de Septiembre, no muy lejos del complejo José Salmoiraghi, Vega se presenta como un volante de marca, sin miedo, y hasta con cierto gusto, por el roce. “Me gusta mucho la marca; soy de jugar también, pero me caracterizo más por la recuperación. Me gusta raspar mucho”, reconoce Leonel, que señala al español Rodri, y a Rodrigo De Paul como sus referentes en el puesto.
Llegar a integrar el plantel de Primera no fue una casualidad para Vega, sino una consecuencia del trabajo y el esfuerzo. Aunque claro, reconoce que no todo fue mérito propio, sino que hubo otras patas fundamentales durante su trayectoria, y su vida misma.
“Tuve un año muy bueno en la Reserva el año pasado, jugué todos los partidos. El cuerpo técnico me dio la chance y la confianza para yo poder brindar lo mejor de mí. Gracias a ellos también estoy acá, confiaron en mí desde el primer momento”, destacó, sobre el cuerpo técnico encabezado por Martín Anastacio, que condujo la Reserva durante 2023.
Y claro, también es vital el apoyo de su familia. “Todos desde chico me apoyan, me apoyaron siempre desde que arranqué; ellos también son clave para que hoy en día yo pueda estar acá en el plantel de Primera. Cuando me fui, me quería volver de Rosario, porque no jugaba, en la primera pretemporada no me tenían mucho en cuenta, la pasaba muy mal, y mi familia estuvo siempre apoyándome. Nunca me dejaron caer, por eso nunca bajé los brazos”, reflexiona Vega.
Durante su estancia en Talleres, recuerda, compartió equipo con jugadores que ya debutaron en Primera, como Diego Barrera. Por supuesto, ese es su sueño y su anhelo más cercano.
“Me encantaría, sería mi sueño poder debutar en Atlético. Desde el primer día que llegué ese fue mi objetivo, y el día que lo haga, voy a estar muy feliz”, concluyó Leonel, el “trotamundos” de inferiores, que finalmente llegó a Primera, y que espera, con ganas, poder saltar al césped del José Fierro con la camiseta del “decano”.
