Los países de Europa enfrentan una severa crisis energética

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BERLÍN, Alemania.- Los precios mayoristas de la energía eléctrica para 2023 batieron nuevos récords en países de Europa, en una crisis desatada tras la invasión rusa a Ucrania.

Muchas centrales térmicas utilizan gas para generar electricidad y, como el suministro se ve afectado, la cotización se encuentra a niveles de récord.

El fuerte aumento de la energía es efecto del veto a las importaciones de hidrocarburos rusos con el que avanzó el bloque europeo y al recorte al suministro ordenado por el Kremlin, especialmente del gas, como parte de la guerra de sanciones y contrasanciones por la invasión iniciada el 24 de febrero.

La reducción del suministro y la preocupación respecto al futuro impulsan las subas, particularmente en Alemania y Francia, donde los precios mayoristas de la electricidad para 2023 marcaron récords, con 850 y más de 1.000 dólares por megavatio hora, respectivamente.

La explosión de precios -que rondaban los 85 dólares por megavatio/hora hace un año- está vinculado a la disminución del envío de gas ruso, que hasta antes de la guerra representaba más del 40% de las importaciones de ese combustible en la UE.

Otro elemento que pone en riesgo el suministro de energía en Europa es el cierre de reactores nucleares en Francia por problemas de corrosión. Sólo 24 de los 56 reactores franceses funcionan en este momento.

En España, el precio promedio de la luz trepó un 19,4%, para situarse en los 435 dólares por megavatio/hora, un nuevo máximo desde la entrada en vigencia del tope al gas, según datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía reproducidos por agencias de noticias europeas.

Reino Unido también siente los efectos de la guerra en Ucrania en el precio de la energía. El regulador energético británico Ofgem anunció que el tope tarifario del gas y la electricidad aumentará un 80% a partir de octubre para el año calendario, y pondrá en grave riesgo a muchas familias, ya golpeadas por la inflación y el aumento del costo de vida. El tope de las tarifas de los servicios de energía subirá hasta las 3.549 libras esterlinas (4.190 dólares) por año.

Petr Fiala, primer ministro de la República Checa, país que preside actualmente la Unión Europea, convocó a una reunión urgente de los ministros de Energía “para tratar las medidas específicas para hacer frente a la situación energética”.

El gobierno alemán anunció que revisará la controvertida tasa sobre el gas, que recaerá a partir de octubre, sobre la industria y los hogares, ante la preocupación de que termine favoreciendo a empresas que generan beneficios y no sólo ayudando a las que atraviesan dificultades.

Mientras esto ocurre en Europa, Rusia quema grandes cantidades de gas natural. Según publicó la cadena británica BBC, una planta gasífera rusa cerca de la frontera con Finlandia está quemando el equivalente a US$ 10 millones en gas por día.

Seis meses atrás; es decir antes de que Moscú lanzara su invasión contra Ucrania, buena parte de este hidrocarburo se exportaba a Alemania. El embajador de Alemania en Reino Unido dijo a la BBC que Rusia estaba quemando el gas, porque “no podía venderlo en otro lugar”.

Las sanciones internacionales impuestas a Rusia, con el respaldo de las autoridades alemanas, y la decisión de la Unión Europea de reducir su dependencia de las exportaciones rusas impiden al gobierno de Vladimir Putin colocar toda su producción.

La consultora energética Rystad Energy indica que la nueva planta de gas natural licuado (GNL) de Portovaya, al noroeste de San Petersburgo, está quemando unos 4,34 millones de metros cúbicos de gas al día.

Portovaya está cerca de una estación de compresión en el inicio del gasoducto Nord Stream 1, que transporta el gas bajo el mar hasta Alemania.

El suministro del gasoducto está restringido desde mediados de julio. Los rusos dicen que se debe a problemas técnicos, pero Alemania asegura que es una represalia por las sanciones. (Especial)