Cecilia Cañón Martínez, hija de una de las víctimas, resaltó en una carta, el apoyo brindado a las familias que vinieron desde Mendoza, por parte del personal del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales y la Oficina Especializada en Violencia Familiar (OVIFAM) del MPF.
La tragedia ocurrida en La Madrid el pasado 1 de julio tocó profundamente la sensibilidad de los tucumanos, que se movilizaron desde distintos puntos de la provincia para hacer su aporte en ese difícil momento. Los estamentos oficiales rindieron “un examen” con promedio muy satisfactorio, habida cuenta del acontecimiento tan duro y difícil en el que les tocó actuar. El Ministerio Público Fiscal, en particular, activó el rol de gran parte del personal del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), entre ellos investigadores, médicos forenses, psicólogos, técnicos y genetistas.
Para los familiares de las víctimas, primero fue el dolor de la noticia del accidente; luego la dura etapa de reconocimiento de los cuerpos. En ese aspecto, Cecilia Cañón Martínez, hija de Elena Asensio, una de las víctimas de la tragedia, esbozó su infinito agradecimiento para los profesionales que supieron contenerla cuando arribó a nuestra provincia. En su perfil de Facebook resaltó entre otros conceptos, el “profundo respeto del equipo de psicología, quienes nos contuvieron, haciendo gala de una profunda empatía, y demostrando, tal vez sin querer, la federalidad Argentina, ya que, de alguna manera, gracias a estas personas, pude sentirme, un poco en casa”.
En ese sentido, los profesionales del Cuerpo Médico Forense del Ministerio Público Fiscal (MPF) destacaron la labor de Solana Tonetti, psicóloga del Gabinete Psicosocial de la Oficina Especializada en Violencia Familiar (OVIFAM) del MPF, para proceder a la contención de los parientes de las víctimas fatales.
“Dada la urgencia se nos pidió asistir a los familiares que iban llegando a la provincia desde Mendoza. En un primer momento, les solicitamos datos significativos para limitar la búsqueda del reconocimiento. Brindamos una doble contención, por un lado, lo emocional para bajar la angustia y, por el otro, unificar la información que nos iba llegando a fin de ajustarla a la realidad. Acompañamos a través de la escucha y el silencio, también agilizando los trámites con respecto a las actas y los llamados telefónicos que recibían para que pudieran estar tranquilos”, explicó Tonetti sobre la labor desplegada en esos difíciles momentos.
El agradecimiento
En una nota llena de sentimientos Cecilia Cañón Martínez, hija de Elena Asensio, manifestó: “Quiero agradecer por este medio al pueblo tucumano, quien en momentos de incertidumbre y dolor infinito, nos brindó consuelo y calidez. Mi mamá dejó su vida en sus calles, en un trágico accidente de tránsito, y a partir de ese momento, tuve la posibilidad de conocer la humanidad y la empatía que, hoy entiendo, florecen en los habitantes del Jardín de la República. Quiero reconocer especialmente a las y los vecinos de La Madrid, quienes auxiliaron en un primer momento a las personas accidentadas, haciendo pozos con sus propias manos para auxiliar a las víctimas, y custodiaron sus pertenencias, junto al personal policial, ya que pudimos recuperar absolutamente todo el material que mi mamá llevaba en su viaje. Extiendo el agradecimiento al personal del hospital de Concepción, quienes, en la madrugada, nos atendieron, nos dieron información y las primeras muestras de consuelo. Reconozco y valido también el trabajo realizado en la morgue judicial de San Miguel de Tucumán, en donde su personal, nos trató con profundo respeto, al equipo de psicología del mismo y del CENAVID, quienes nos contuvieron, haciendo gala de una profunda empatía, y demostrando, tal vez sin querer, la federalidad Argentina, ya que de alguna manera, gracias a estas personas, pude sentirme, un poco en casa. Agradezco también el trabajo del Ministerio de Salud de la provincia de Mendoza, quienes se pusieron a nuestra disposición, e hicieron menos engorrosa la burocracia. Pueblo Tucumano, Gracias!!! Una parte de mi corazón, se queda en sus tierras, específicamente en el cruce de rutas 157 y 308”.
