San Valentín: ¿qué le pasa a nuestro cerebro cuando nos enamoramos?

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El cerebro es uno de los órganos más importantes del organismo, por lo que todas nuestras emociones y actitudes influyen en su funcionamiento. En este caso, estar enamorado también produce unas curiosas reacciones químicas.

Cerebro: ¿estar enamorado es adictivo?

Cuando se está enamorado, el cerebro adopta un sistema de recompensa que se comporta del mismo modo en que lo hace cuando una sustancia adictiva viene desde afuera. Una vez que se obtiene la recompensa, se entra en la espiral de abstinencia nuevamente.

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Las mismas sustancias que producen la euforia y la excitación, también desactivan el área responsable del pensamiento crítico, del control de los impulsos, de la razón y del juicio. Así, en una especie de ceguera de amor, el ser humano se vuelve incapaz de ver y evaluar los defectos o intenciones de la persona amada.

Una vez que la etapa inicial pasó, la química del sistema comienza a estabilizarse y los niveles de serotonina vuelven gradualmente a la normalidad. Ahí entra en juego la oxitocina, un neurotransmisor relacionado con la estabilidad de los vínculos.

Por qué se festeja el 14 de febrero el Día de San Valentín

La historia de San Valentín se remonta a siglos atrás. Y el origen de la leyenda pertenece a la religión cristiana.

Según una historia que perduró a través de los siglos, en este día se conmemora las obras realizadas por un sacerdote llamado Valentín, quien predicaba la importancia del amor y la afectividad.

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La leyenda cuenta que, en el siglo III, el emperador romano Claudio II decidió prohibir el matrimonio por la falta de soldados en el ejército. Creyó que esta era la solución “para que estén concentrados en defender su nación”.

A partir de esto, San Valentín comenzó a hacerse popular por defender al matrimonio tradicional y casar en secreto a los soldados con sus parejas, además de fomentar el amor. Sin embargo, el sacerdote fue descubierto y juzgado por el juez Asterio de Roma, quien lo desafío: si en verdad era santo, debía curar la ceguera de su hija. Y lo logró, pero las autoridades no soportaron que desobedeciera las órdenes y siguiera promoviendo el matrimonio, por lo que fue asesinado el 14 de febrero del 270.

Años más tarde, en el 494, el papa Gelasio I denominó el 14 de febrero como el día oficial de San Valentín. La celebración fue incluida en el calendario litúrgico tradicional y festejado en la Iglesia católica hasta 1969, cuando el Concilio Vaticano II eliminó esta festividad del calendario oficial.

A pesar de que la fecha fue eliminada del calendario religioso, la celebración trascendió la fe y se volvió parte de las costumbres occidentales hasta el día de hoy.